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miércoles, 15 de abril de 2015

LAS ESTADÍSTICAS DE LA MENTIRA, O LO QUE ES PEOR, LAS ESTADÍSTICAS PARTIDISTAS.-



Por: Jesús Padilla



LAS ESTADÍSTICAS DE LA MENTIRA, O LO QUE ES PEOR, LAS ESTADÍSTICAS PARTIDISTAS
Está de moda hoy en día hacer encuestas de intención de votos y otras para poder conducir los mercados empresariales y relanzar los productos que deben llegar a los consumidores con un porcentaje elevado de éxito en las ventas.
Nos adentramos en el mundo de la política y vemos como los partidos políticos se esmeran en conseguir lo antes posible las intenciones de votos de la población al objeto de poder preparar concienzudamente sus estrategias de cara a las elecciones.
Se pueden ver toda clases de encuestas, de gráficos y más gráficos todos relacionados con esos sondeos encargados a prestigiosas marcas dedicadas a eso que llaman marketing estadístico. Los precios que se pagan en muchas ocasiones por estas encuestas están fuera del alcance de la mayoría de los mortales y aquellos que se aventuran a realizar sus propias encuestas acaban en chapuzas sin remedio que culminan en el fracaso, o como en la política, predicciones sin futuro que lo único que consiguen es engañar al electorado, tomarle el pelo a los electores y crear esperanzas donde no las hay. Son los tramoyistas de las ondas que juegan con la inteligencia de las personas. Y aún se creen ellos mismos que son expertos en la materia. Me río por no llorar.
Después aparecen los analistas fracasados que inventan las noticias poniendo y quitando cargos de los partidos por causas que no conocen ni los afectados. Todo un despropósito con tal de que alguien lea cuatro paparruchadas sin sentido alguno. Una cosa es opinar y otra hacer quinielas a ver si toca.
En un sondeo de opinión las preguntas deben ser directas  y el muestreo lo más amplio posible para que sea más certero, porque se trata de eso, de obtener información a partir de unas muestras que no son más que datos estadísticos, una parte  de esa información que se obtiene y que se selecciona para que sirva de muestreo. Pero no deja de ser una información obtenida al azar y como tal pues crea incertidumbre en los resultados aunque en otras ocasiones cuando los hechos analizados son claros la muestra es fiable casi a un 100% pese a realizarse como decía de forma aleatoria entre la población. Está claro pues que mientras mayor sea el tamaño de la muestra en la encuesta esta es más fiable. Aún recuerdo mi época de bachillerato en la que solíamos emplear estos procedimientos para hacer estimaciones sobre diferentes temas en clase de Matemáticas y que aplicábamos en la clase de política y en la de geografía.
Estos muestreos van desde el aleatorio más simple, al más sistemático. Todos tienen un fin y ese fin se aplica a todas las actividades de la vida como, la natalidad, las oposiciones y búsqueda de empleo, programas culturales, elecciones etc.,etc.,. Vamos que esto de la estadística está solo al alcance de matemáticos estadísticos e incluso en muchas ocasiones, y con años de experiencia, les resulta difícil hacerlas de forma certera.
De ahí mi artículo de opinión.
En la política no cabe la bolita de cristal, ni la margarita que se deshoja. En la política los resultados de una legislatura a otra cambian de forma radical en la misma proporción que cambian las estadísticas y las intenciones de votos.
Estas estadísticas partidistas, engañosas, estadísticas al fin y al cabo construidas con escasos datos, muchas realizadas con programas informáticos online, gratuitos muchos de ellos, de escaso valor y credibilidad, sin asesoramiento de verdaderos expertos invaden no solo el espacio de quienes se ganan la vida realizado estas labores, sino que, además, realizan una competencia desleal que puede dañar gravemente la imagen de empresas, partidos políticos e instituciones. Quizás su conocimiento, o sus neuronas, no les den lo suficiente como para darse cuenta el daño que hacen a terceros, y sea tal el ansia de ser protagonistas y llegar primeros a todo que le impidan ver más allá de sus narices.
De ahí también mi titular.
"Las estadísticas de la mentira", porque no son creíbles y se fundamentan en falsos datos sacados a voleo y sin estudio previo, o lo que es peor "las estadísticas partidistas" porque la usan generalmente los lameculos del mandamás, o el estómago agradecido del politiquillo del tres al cuarto para favorecer su deteriorada imagen y engañar nuevamente a los electores con sus falsas promesas.
Picar, lo que se dice picar en sus redes, solo los que aún tienen puesta la venda en los ojos o los que no ven más allá de dos palmos de sus narices. Las personas inteligentes, las  que verdaderamente tienen su cabeza sobre los hombros, ven el engaño a la legua y el humo a lejos.
En esta Vega de San Mateo se ha vendido tanto humo en estos cuatro años que no hay estadísticas que puedan apagar el fuego que lo ha generado porque, noble sí, pero este pueblo, tonto, lo que se dice tonto, no es, pese a los cantos de sirena de aquellos que como siempre intentan camelar a los más incautos para hacerles creer que el negro es blanco y el blanco es negro. Eso por suerte se acabó porque ya todos han despertado del letargo al que les tenían sometido, solo queda algún rezagado, pero pronto se pondrá al día.
¡Ah! y por si les vale la apuesta, que no la encuesta, Alternativa por San Mateo, Partido Socialista de San Mateo, y Partido Popular de San Mateo junto a Coalición Canaria serán los férreos candidatos a gobernar el municipio. Y no son estadísticas es la realidad de un pueblo que fue engañado hace cuatro años, burlado hasta la saciedad, y que no quiere que le vuelvan a engañar nuevamente y menos aún ser motivo grotesco que sonroje la cara y dé lividez al cuerpo. Y ya saben ustedes a quien me refiero. Al doblete de pinocho.
VEGUEROS S.M.